jueves, 24 de mayo de 2012

Y una vez que se que, haga lo que haga, pase lo que pase, acabaré llorando; déjame decirte que prefiero llorar de felicidad a llorar de tristeza.
Prefiero quedarme unos instantes paralizada e incrédula.
Prefiero mirar la pantalla una y otra vez durante horas intentando convencerme de que he leído bien lo que pone. Convencerme de que realmente puedo llorar. Llorar por primera vez en mucho tiempo tranquila.
Y llorar de felicidad.

1 comentario:

  1. Abrir las canillas del llanto para dejar salir los secretos más tristes que heredamos de nuestra madre. Llorar porque llorando se descubre el terror de sentir que no hay nada más maravilloso que vivir cada día.

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