miércoles, 7 de diciembre de 2011
Estaba sola, se sentía melancólica y escuchaba música en la radio. ¡Oh! Una nueva canción, esta no la había oido antes, y la chica canta bastante bien. Se quedó paralizada unos instantes, como dejándose llevar por la música, hipnotizada, y entonces se dió cuenta: realmente, ésta sería una buena canción para escuchar antes de morir. Si, tranquila, con sentimientos. Cerró los ojos, y se dejó envolver por completo por la canción. Tranquilidad, calma, silencio... ¡ALTO! De pronto abrió los ojos. No. Se acabó. ¿Qué era eso de que estaría bien oir esa canción antes de morir? Entonces se dió cuenta de lo mucho que había cambiado en estos últimos meses. Se había ido aislando poco a poco, y se sentía desganada. Ya pocas cosas le interesaban realmente. Pero ¿era eso lo que quería? Dudó un momento. No, no quería limitarse a existir, quería vivir. Estaba decidida.
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